habían contruido una casa para tener donde ir cuando querían escapar. Se conocían hace mucho y sin embargo no habían notado cuán cerca estaban. Llevaban vidas distintas... incluso lejanas. Hasta que sus destinos colisionaron de forma repentina en un punto sin retroceso. Se habían encontrado en la calle, un día de lluvia. Ambos lloraban por las malas rachas de sus desiguales vidas. Se reconocieron a lo lejos, caminaron rápido y de la mano fueron donde el viento los llevó. Llegó un momento donde tuvieron que separarse. Se besaron y dieron la vuelta, ensimismados para evitar el frío, sin mirar atrás.
Extrañamente se encontraron al día siguiente... en el mismo lugar... en las mismas condiciones. Y así, empezaron a encontrarse cada día, por juegos del destino, siempre llendo y viniendo de lados opuestos. Ahí se dieron cuenta que se conocían. Que habían pasado más de algún momento feliz juntos y que estas eran las excepciones vitales.
Notaron también, que no había donde ir. Su refugio de aquellos días no era más que una coincidencia tan grande como la convergencia de sus caminos.
Por eso decidieron hacer una casa. Fruto de su propio esfuerzo, dedicación y voluntad. Era un tanto pequeña. Sin colores, pues estaba hecha de materiales tan diversos que nunca se podía distinguir. Aunque eso sí, habían decidido pintarla cuando fuese el momento.
No habían muchas cosas dentro de ella. Una chimenea grande y un par de sofás donde descansar. Habíane so si, muchos espejos y grandes ventanales para apreciarlo todo.
Decidieron hacerla lejos... lejos de todo, para que llegar fuese un esfuerzo también.
Decidieron poner un río afuera, para que cuando lloviera, el río se llevara las gotas, y no las gotas a sus lágrimas.
Nunca nadie los visitó porque estaban muy lejos. Todos en su mundo odiaban la distancia. Más bien le hacían el quite. Todos en su mundo, estaban demasiado ocupados como para caminar hasta su casa.
Había también una radio de aire. La habían comprado con esfuerzo también. Era mágica, pues hacía que todo sonido se transformara en colores cósmicos que pintaban el aire... incluso podían respirar los colores...
Y siguieron así por mucho tiempo...
Iban y venían. Lloraban juntos... compartían sus vidas sin vivir la del otro. Se aconsejaban, pero sin embargo, ninguno podía llegar a sentir loque el otro sentía.
Y era triste. Sabían que tendrían que abandonar la casa en algún momento.
Y aunque ninguno sabía que haría después, estaban tranquilos, arropados, juntos y abrazados al interior de esa casa hecha de sentimientos y esperanzas rotas.-
Sometimes it's good to see what other's are living... their realm.
Wednesday, June 20, 2007
Una casita chiquitita'sí
Posted by Diego at 2:45 PM
Labels: far far away, over a hill...
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2 meow:
por esto y por todo lo que significas para mi, entregaria mi alma, pero esta tan mal herida, que solo puedo regalarte lo que nace desde lo mas oculto de mi, mis palabras...
revisa mi blog...ahi esta tu respuesta
te amio
so, you're not completely alone after all
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