A stranger

El chico vive cerca de mi casa. Es alto, un tanto moreno, con el pelo grueso y largo. Muy delgado. De cierta forma tiene el aspecto de Vincent, el niño del corto de Burton. Tiene una mirada melancólica y penetrante... quizás es su actitud la que cautiva. Se viste de riguroso negro. Una un bolso de cuero con cositas metálicas. Tiene un caminar armónico, como cantabile.

Conozco su nombre. Se llama Hans. También él sabe mi nombre. Sin embargo nunca hemos intercambiado palabra alguna. Es más... creo que ambos evitamos mirarnos si nos cruzamos en la calle. Quizás por qué...
Tiene dieciocho años. Cursa tercero medio... y...
tiene pena.

Y lo más extraño es que sé porque tiene pena.
Y más allá de sus razones, es su inteligencia la que me llama la atención.

Anoche vi a Hans en el metro. Iba camino a su casa. Yo, a la mía. Por supuesto no nos miramos, pero la estela que deja su caminar... parecía estar pidiendo ayuda hace siglos. Su sombra, que se confundía con la mano de la noche, se veía cansada... y su mirada... parecía como siempre una bóveda de lágrimas.

Es extraño... todo esto es muy extraño.
pero sé, por sobre todo, que él es creador en parte de su sentir.


[...] but then again... aren't we all?